Anotaciones sobre un interesante podcast de salud mental
¿La psiquiatría y la psicología al desnudo?
Oscar M. Seoane
7/28/20254 min read


Hoy vengo con un resumen de un podcast que pone patas arriba todo lo que creíamos saber sobre salud mental. En lo personal, mi interés estriba en el análisis que se puede derivar como caso fundamental de estudio dentro del marco de la filosofía de la mente que, como bien saben, forma parte de la filosofía analítica. En el podcast al que me refiero, José Luis Marín (psiquiatra) y María Xesús Froxán (psicóloga conductista) se sientan a charlar en "enGramaPsico" y su conversación, a mi modo de ver, es un auténtico deleite. Yo tomo mis notas para su posterior consideración filosófica y ustedes sabrán si el asunto les merece atención o no. Aquí lo importante del contenido, sin filtros:
1. El elefante en la habitación: Las "enfermedades mentales" NO existen.
Lo dicen claro: los diagnósticos psiquiátricos (depresión, esquizofrenia, TDAH...) son "inventados", construcciones teóricas, no enfermedades reales como la diabetes. No hay marcadores biológicos que los demuestren. Hablar de "enfermedad mental" es, según Marín, un error garrafal. Lo que SÍ existe es sufrimiento humano real, problemas de adaptación a la vida.
2. Las etiquetas: Un cargo de por vida (y para ámbitos lucrativos).
¿A quién sirven los diagnósticos del DSM (el manual de psiquiatría)?
A los laboratorios farmacéuticos: Es su negocio millonario. Mueven la maquinaria de diagnósticos y medicación.
A algunos profesionales: Les da una falsa seguridad y un protocolo "fácil" (etiqueta -> pastilla).
EN CONTRA de la persona etiquetada: Una etiqueta como "esquizofrenia" es una "condena", una losa social y personal casi imposible de superar. La persona desaparece, queda reducida a su diagnóstico.
3. Los psicofármacos: ¿Solución o parche peligroso?
No curan: Porque no hay una "enfermedad cerebral" que curar. Su mecanismo real suele ser crear un "estado alterado" que puede aliviar temporalmente, pero no aborda las causas del sufrimiento.
Son un recurso, NO el tratamiento: Pueden ser útiles puntualmente como apoyo en crisis muy graves, pero jamás deberían ser la única respuesta. Usarlos como solución única es negligente.
El placebo disfrazado: Muchos estudios muestran que su eficacia a menudo no supera al placebo. La industria controla la información que se difunde.
4. ¿Y la Causa? Olvidamos el mundo real (y lo que comemos).
Aquí viene otra bomba: ¡Nadie pregunta por la vida de la persona!
¿Qué comes? (¿Sabías que el 65% de lo que venden los supermercados es basura ultraprocesada que afecta al cerebro?).
¿Cómo duermes?
¿Dónde vives?
¿Qué estrés social, laboral o familiar soportas?
La sociedad tóxica, el aislamiento, la pobreza... ¡Son factores clave ignorados! La psiquiatría biológica convierte problemas del mundo en "fallos" del cerebro individual.
5. La psiquiatría actual: Una especialidad perdida.
Sin base científica sólida: Se creó como especialidad separada de la neurología sin un cuerpo de conocimiento propio real, y los psicofármacos llenaron ese vacío. Se vendió la "década del cerebro" como solución mágica nunca demostrada.
Formación deficiente y sesgada: Marín admite que los médicos (meter aquí a los psiquiatras) no estudian psicología en serio (¡solo un 4% del currículum médico son "humanidades"!). Se forman para ver enfermedades, no personas. Los jóvenes reciben una versión edulcorada y financiada por la industria.
"El enfermo es la parte inservible de la enfermedad": Esta frase brutal de Marín resume cómo el sistema ve al paciente: un estorbo para aplicar protocolos y recetas.
6. ¿Y la Psicología? Tampoco se salva del todo.
Froxán es crítica también con su campo:
Muchos psicólogos aún usan etiquetas diagnósticas por comodidad.
La formación universitaria en psicología clínica es a menudo insuficiente, superficial y demasiado centrada en técnicas sin la base profunda del análisis funcional de la conducta.
Hay una tendencia peligrosa a "hacer neurociencia" para parecer más "científicos", alejándose de entender a la persona en su contexto.
7. ¿Entonces qué hacemos?
Centrarse en la PERSONA y su CONTEXTO: Entender el sufrimiento como una respuesta (a veces extrema) a situaciones vitales insoportables (ej: un "brote psicótico" como escape de un infierno personal).
Psicoterapia basada en evidencia (y bien hecha): No basta con "hablar". Se necesita un conocimiento profundo de los principios del aprendizaje y la conducta para generar cambios reales y duraderos que se transfieran a la vida real. Froxán enfatiza que esto requiere formación sólida, no "cursitos".
Mirar más allá del consultorio: La solución no es solo individual. ¡Lo psicológico es político! Hay que cuestionar el modelo socioeconómico que genera tanto malestar.
Para finalizar…
A mi modo de ver, lo que ambos protagonistas nos vienen a decir es que hay que dejar de medicalizar el sufrimiento humano. Las etiquetas y las pastillas son, demasiado a menudo, una trampa que oculta las verdaderas causas del dolor (¡y que enriquece a unos pocos!). La esperanza está en entender a la persona completa, en su mundo real, y en ofrecer apoyo psicológico serio y bien fundamentado, mientras trabajamos por una sociedad menos tóxica. La psiquiatría, tal cual, necesita un reinicio profundo. Y todos (pacientes, familias y profesionales con conciencia) podemos ser parte del cambio.
¿Hay que replantearse muchas cosas? Yo creo que sí. Ahora bien, estimado lector: usted sabrá si concuerda o no con lo manifestado. Supongo que ahora puede usted postear (si es de este tipo de personas) memes sobre narcisistas y psicópatas en Facebook, con cierta base no exenta de pendejez intrínseca. ¿O no?