Hola 2025

El primer día del año

Oscar M. Seoane

1/2/20251 min read

Comienzo el año saludando al calendario. Pudiera saludarlos a ustedes, pero creo que no es necesario. Verán, la hipocresía continúa tras la simbólica tregua que se produce cada año en el mes de diciembre. Afortunadamente, estamos en condiciones de afirmar que ya finalizaron los días dedicados a los falsos deseos. Incluso las personas religiosas se encaminan hacia su nuevo recorrido anual, repletos de paz y felicidad ficticia. Y es que la paz que Dios le da al hombre, acabará con ambos. El creador de barba blanca que nos observa desde las esponjosas nubes, ese a cuya imagen y semejanza estamos hechos, nos necesita más a nosotros que nosotros a él. Es ahí donde está el gran error de la creación. Por eso no prosperó el “Diluvio Universal”, ya que no resulta muy razonable exterminar a aquellos que son necesarios para la propia subsistencia. En cualquier caso, yo todavía mantengo la esperanza de que esto reviente. Bajo un deprimente modus vivendi, la filosofía contemporánea me recuerda a la idea del purgatorio. Millones de almas revolcándose entre sus pecados, auspiciados por una efímera esperanza que no les garantiza nada. En este nuevo año, veo desde el primer día, rostros horrendos, sumidos en un revoloteo incesante que se manifiesta entre la exigencia de encontrar un camino que premie la penitencia. Se trata del anhelo que, poco a poco, va degradando al ser hacia la nada absoluta. La estupidez no es materia y las almas tampoco. Lo peor de todo es que el individuo es capaz de acostumbrarse a cualquier cosa, incluso a la vida misma. Por mi parte, no estoy muerto, a pesar de mí mismo y de que el amor propio no ayuda en lo más mínimo. Solamente he sufrido un “cambio sustancial”.