Las deportaciones de Trump y la afectación a México
Algunas cuestiones importantes al respecto
Oscar M. Seoane
1/24/20253 min read
¡Vaya lío el que se está armando con las políticas migratorias de Donald Trump! Resulta que el presidente de Estados Unidos está endureciendo las medidas contra los inmigrantes indocumentados, enfocándose especialmente en ciudades santuario que no cooperan con las autoridades federales. Estas ciudades, muchas gobernadas por demócratas, están enfrentándose legalmente a la administración federal porque no quieren participar en estas redadas masivas. Mientras tanto, México y algunos países de Centroamérica ya están preparándose para lo que podría ser una ola de deportaciones sin precedentes.
Se estima que, en Estados Unidos, un tercio de los migrantes mexicanos, no tiene papeles. Eso significa que millones de personas están en riesgo de ser deportadas. Estamos hablando de familias enteras que llevan años construyendo una vida allá: tienen trabajos, negocios, hijos nacidos en Estados Unidos… Y ahora podrían perderlo todo. Es desgarrador pensar en el impacto personal que esto tiene; no se trata solo un tema político o económico, sino de vidas enteras que podrían desmoronarse. No obstante, con independencia de la parte humanitaria que supone esta forma de pensar, tampoco hay que olvidar que el riesgo potencial, tuvo que ser asumido en su día, por cada uno de los inmigrantes ilegales, forzados a dicha inmigración, por la ineficacia de sus gobernantes a la hora de generar los ambientes propicios para evitar estas situaciones.


El gobierno mexicano ya está moviendo ficha con un plan llamado "México te abraza", que incluye la creación de refugios y programas como la tarjeta de bienestar paisano para recibir a los deportados. Pero la gran pregunta es: ¿será suficiente? Ciudades fronterizas como Ciudad Juárez y Matamoros ya están en alerta, pero manejar un flujo masivo de personas no será tarea fácil. Sin embargo, tampoco será tarea sencilla lidiar con las consecuencias que, en términos “macroeconómicos”, supondrá la deportación masiva de mexicanos. ¡Sheinbaum, ponte a llorar!
Un detalle que no podemos ignorar es el impacto económico. Hace unos días, ya había escrito, así a la ligera, sobre el asunto del PIB y las remesas en dólares que llegan a México. En este adorado país, las remesas (el dinero que los migrantes envían a sus familias) representan el 3.5% del PIB nacional. Para estados pobres como Chiapas, Guerrero o Michoacán, este ingreso es vital. Pero si hablamos de Centroamérica, la cosa se pone aún más grave: en países como El Salvador, por ejemplo (sí, el de Bukele), las remesas son casi una cuarta parte del PIB. Si estas deportaciones masivas ocurren, muchas economías locales podrían entrar en crisis. A ver qué hacen los iluminados gobernantes ahora.




Aunque Trump intenta justificar estas medidas diciendo que los inmigrantes son una carga, o incluso peligrosos (una afirmación llena de prejuicios), lo cierto es que Estados Unidos también saldrá perdiendo. Muchos de estos trabajadores sostienen sectores clave como la construcción o la agricultura. Sin ellos, ¿quién hará esos trabajos esenciales? ¿Los rednecks que cobran subsidios sin hacer nada? El panorama es complicado y quisiera ver la solución de Trump para paliar las carencias que va a suponer una deportación masiva que, no nos olvidemos, ya ha comenzado.
Para terminar, este tema no afecta únicamente a los migrantes y sus familias; también pone en jaque a economías enteras y plantea desafíos enormes tanto para los países emisores como para Estados Unidos. Las deportaciones masivas no son tan simples como parecen: detrás hay historias humanas, impactos económicos y tensiones políticas que seguirán dando mucho de qué hablar. Yo mismo soy un migrante, aunque eso sí, hice las cosas, desde un principio, apegándome a las normativas vigentes de los Estados Unidos Mexicanos. Esto marca la diferencia. En cualquier caso, la gran pregunta sigue siendo la misma de siempre: ¿Qué planes tiene el gobierno de México para evitar que sus ciudadanos emigren de la forma en cómo lo han estado haciendo? ¿Qué soluciones tienen en mente? Y la pregunta del millón para el güerito Trump: ¿Te vas a poner tú a construir edificios, recoger fruta y cuidar ancianos con tus propias manos? ¡Lumbreras de ambos lados del río Bravo, ilumínennos!