¿Qué está pasando con Francia?
El declive de la UE
Oscar M. Seoane
12/23/20242 min read


Francia, históricamente reconocida como uno de los motores económicos y políticos de Europa, enfrenta un momento crítico que ha encendido las alarmas tanto dentro como fuera de sus fronteras. En los últimos años, el país ha experimentado un deterioro en su economía, una creciente inestabilidad política y un descontento social generalizado. Veamos las causas detrás de este declive y sus posibles implicaciones para el futuro.
La economía francesa, que alguna vez fue símbolo de estabilidad y crecimiento, ahora muestra señales preocupantes. La deuda pública ha alcanzado el 112% del PIB, superando incluso a países como Grecia en algunos momentos recientes. Además, el déficit fiscal proyectado para 2025 se sitúa en un alarmante 6,2%, muy por encima del límite del 3% establecido por la Unión Europea. Estas cifras reflejan una falta de control sobre las finanzas públicas y han generado desconfianza en los mercados internacionales
El crecimiento económico también se ha estancado. Según la OCDE, se espera que Francia crezca apenas un 0,6% en 2025, una cifra considerablemente baja en comparación con otros países europeos. Este bajo rendimiento se atribuye a problemas estructurales como la falta de competitividad frente a economías emergentes como China, donde los costos de producción han aumentado mucho menos que en Europa
A esta crisis económica se suma una parálisis política sin precedentes. La Asamblea Nacional francesa está profundamente dividida entre bloques ideológicos opuestos, lo que dificulta la aprobación de reformas necesarias para estabilizar la economía. El reciente colapso del gobierno liderado por Michel Barnier tras una moción de censura es un claro ejemplo de esta inestabilidad. Además, las políticas del presidente Emmanuel Macron han perdido apoyo tanto a nivel nacional como europeo, incrementando la incertidumbre política
El descontento social agrava aún más la situación. Francia ha sido escenario de huelgas masivas y protestas lideradas por sectores clave como el transporte y la agricultura. Estas movilizaciones reflejan el malestar generalizado ante la pérdida del poder adquisitivo y el incumplimiento de promesas gubernamentales
La presión fiscal sobre empresas y ciudadanos (para variar) también ha generado tensiones adicionales, mientras que los intentos del gobierno por implementar ajustes fiscales han sido rechazados tanto por el Parlamento como por la población.
A pesar de este panorama sombrío, algunos expertos señalan que Francia aún tiene margen para revertir su situación si logra superar su crisis política y adoptar medidas económicas coherentes. Sin embargo, esto requerirá un esfuerzo conjunto entre los diferentes actores políticos y sociales del país.
El declive actual de Francia afecta directamente a sus ciudadanos, pero también tiene implicaciones significativas para la estabilidad de la Unión Europea (escribí un post relacionado sobre Alemania hace unos días es este mismo blog).